5 consejos para una campaña interna

Por Ricardo Cubero - Director, Indefinido

El objetivo debe estar 100% claro

Con la cantidad de ruido que existe en las organizaciones no podemos darnos el lujo de perder a nuestro público con un mensaje poco claro. ¿Qué es lo que necesitamos decir? ¿A quién se lo queremos decir? ¿Cómo esperamos que reaccione nuestro público? Hasta la campaña mejor ejecutada del mundo fallará si no se tienen claros los objetivos.

Asignarle un presupuesto

La necesidad es la madre de la invención pero hasta el equipo más ingenioso necesita recursos. Asuntos como: costo de rotación, efectividad del personal, sentido de pertenencia y cómo se traduce en servicio al cliente, calidad de los productos o servicios, construcción de una cultura... son un buen parámetro para darle un valor y asignarle los recursos apropiados a estos proyectos.

Los resultados deben ser medibles

La tecnología nos brinda la posibilidad de darle seguimiento a prácticamente cualquier cosa. Una campaña con un objetivo claro debe construirse para cumplir con métricas que nos dejen evaluar su desempeño. Más allá de los resultados de ventas, cantidad o calidad del trabajo, hoy tenemos la posibilidad de medir el posicionamiento de un mensaje o la interacción de las personas con la campaña de forma objetiva y en tiempo real.

Planificar y ejecutar consistentemente

Es común que el día a día de la organización nos ponga frecuentemente en modo reactivo e incluso “apaga incendios”. Sin embargo, la ejecución de una campaña y sus resultados se verán seriamente afectados cuando trabajamos de esa manera. La planificación, junto al tiempo adecuado de ejecución, son grandes aliados que tenemos para generar resultados y en esa misma línea juega la constancia. Debemos recordar que los procesos de posicionamiento son graduales y una campaña no solo requiere de repetición sino que de etapas para ir logrando resultados.

Debemos sorprender

El mundo, sus familias, compañeros de trabajo, clientes y sus obligaciones laborales les bombardean de mensajes con los que debemos competir. Además de ser estratégicos con el momento y lugar en que lancemos nuestro mensaje, debemos crear experiencias disruptivas que nos garanticen la atención de nuestro público. Nuestra campaña debe proveer situaciones que les saquen de su cotidianeidad de manera positiva, que les llenen de orgullo, que les haga ver su ambiente con nuevos ojos y finalmente que les permita conectarse con lo que estamos construyendo en equipo.

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